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Construir una plataforma de autor: el éxito del esfuerzo

Dejando a un lado las hoy omnipresentes teorías de mercadotecnia, mercadeo o marketing, o como quiera llamársele, hay una diferencia práctica entre promoción y publicidad. Tú te promocionas a ti mismo, es decir, le das impulso a tu carrera; tu editorial hace publicidad a tus libros, da a conocer su producto. Es verdad que muchas editoriales centran sus campañas de publicidad en el autor, especialmente las pequeñas y no tan famosas, sin embargo, el trabajo de construir una plataforma personal, más allá de un libro, es responsabilidad del autor. Por más que esto le parezca un ejercicio de ego o sienta que le resta tiempo a la escritura.

El uso de la palabra «plataforma» no es fortuita: cada creador necesita un lugar desde donde el público pueda verlo con mayor claridad. En todas las épocas los artistas han tenido que «alzarse por encima» para hacerse notar. Implica un proceso de largo aliento, no acciones esporádicas o erráticas.

Un autor debe construir una plataforma para él, para el libro que acaba de publicar y para los que vendrán. Personalmente creo que en este momento todo autor debería tener al menos un espacio personal donde sus lectores, actuales y potenciales, puedan «reunirse» con él. No se trata del concepto de «hacerse un nombre», sino de hablar el lenguaje de los tiempos: conexión. Es posibilitar un diálogo que no solo enriquece el trabajo creativo, sino que con frecuencia lo suscita. Incluso el hecho mismo de saber que hay personas interesadas en lo que uno hace, algunas veces es suficiente para sacarnos de la cama esos días en que lo único que desearíamos es abandonar el viaje.

Tomar la responsabilidad de crear su propia plataforma como autor, independiente del esfuerzo publicitario que realiza la editorial, es hacerse responsable del éxito propio en el nada fácil camino que ha escogido. Las editoriales van y vienen; el autor debe preservar su propia permanencia y hacerla parte de su «perseverancia en el ser».

Si se ha escogido el camino de la autopublicación, este trabajo es ineludible. Si un autor no está dispuesto a dedicar gran parte de su esfuerzo a su promoción y adicionalmente a la publicidad de su libro, convertirse en su propio editor no es la mejor opción.

Internet: un espacio privilegiado sin costo

Mucho se ha hablado del blog como el mejor agente literario de un nuevo autor. El tener una comunidad de lectores, por pequeña que esta sea, da una base al escritor. Las editoriales contemporáneas esperan que un autor tenga ya ese camino andado, no que sea parte de la campaña publicitaria.

Si ya tienes una «tribu», como diría Seth Godin, esto será parte de tu capital como autor. Cuanto antes empieces, mejor. También puede ser de la otra manera, que alguien te proponga un libro con el material de tu blog. ¿Quién dijo que el próximo blog a libro superventas no podría ser el tuyo?

Creo que identificar la red social que prefieren tus lectores (no es necesario ni posible estar en todas), así como un Gravatar bien concebido y un perfil en Linkedin que esté centrado en tu actividad como escritor, son artillerías básicas de ese trabajo de guerrilla que todo autor debe realizar en este momento, independientemente del trabajo de la editorial.

La labor de promoción debería centrarse más en los infinitos matices de la relación del autor con la escritura y con su tema que en la venta de un libro, si no, será olvidado tan pronto pase la novedad.

Y tú, ¿tienes otras ideas? ¿Qué te ha funcionado mejor para crear tu plataforma? Comparte en los comentarios.

Por Fanny Díaz

Este texto es parte del libro Todo lo que necesitas saber sobre publicación. Guía para nuevos autores, actualmente en producción.

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